viernes, 8 de marzo de 2013







PERON y CHAVEZ:
NO JODAN CON INVENTAR OTRA HISTORIA.
Chávez fue el mejor alumno de Perón y muchos de los que se “dicen Peronistas” no se dieron cuenta todavía. Pero esto tiene su historia y se debe contar para ayudar a “entender” lo que ha sido simplificado de manera canalla por los intereses que nunca aceptaron a Perón y mucho menos al Peronismo. Los que de alguna manera, hemos atravesado dos ciclos históricos en una sola vida y sin proponernos, hemos sido testigos “desde adentro” de la mayor relevancia social y política ocurrida en el Continente Americano, tenemos la obligación de explicar “nuestra versión de sus hechos” sin que hayan sido contaminada por ninguna clase de intereses. Ese balance un tanto desprejuiciado, sobre lo que se ha visto y se ha vivido difiere exponencialmente de la ”versión oficial” que hoy muchos conocen y sostienen como una verdad revelada. Esa historia tiene fecha exacta de inicio: mes de junio del año 1943 y está ligada directa y estrechamente con la aparición en el horizonte político del escenario argentino de Juan Domingo Perón. Es decir, se sitúa en el día en que por primera vez se oyen por estas latitudes, otras resonancias que difieren del común discurso pronunciado en décadas por las viejas oligarquías dominantes del siglo IXX. Ese mensaje distinto, nos permitió a nosotros, los que éramos millones de marginados sociales indiferentes, oír una campana desconocida a nuestros oídos: traía palabras simples y otras nuevas, que jamás habíamos escuchado y nos sorprendimos como: “oligarquía“, “derechos a los trabajadores“, “pueblo”, “niños privilegiados” “derechos a la mujer”, “derechos a los ancianos” con derechos y más derechos… a la “soberanía política”, “justicia social”, “independencia económica”  y tantas otras que las fuimos incorporando como si las hubiésemos aprendido y pronunciado toda la vida. Pero resulta que estas grandes mayorías marginadas nuestras, tenían también sus correlatos en todos los países de nuestro continente y esas barreras invisibles que antes no veíamos, estaban instaladas dividiendo las sociedades en todos nuestros países hermanos. Y allá fueron, como palomas mensajeras, nuestros agregados obreros a instalarse en cuanta embajada hubo en el mundo y allí fueron folletos, ideas y conferencias para enseñar que era posible luchar por un mundo mejor. Se sembró desde 1945 hasta 1955 una semilla que hoy millones de argentinos desconocen que se hizo, allí hubo miles de equipos de futbol completos enviados por la Fundación Eva Perón para los chicos pobres y repartidos en todos los barrios más remotos, pero también fueron millares de libros argentinos, medicamentos, ropa, trigo, maíz y una generosa presencia que aquella diplomacia que enorgullecía a todo aquél, que como argentino, llegaba al más remoto de los pueblos perdidos entre las selvas y las montañas. Esa actitud aparentemente silenciosa, fue sembrando en la vista asombrada de las juventudes y de los estudiantes de esos países una curiosidad primero y una visión de búsqueda después, de que allí se podría hacer lo mismo que se hacía en la Argentina. Todas aquellas revoluciones que a partir de entonces se gestaron en aquellos países, fueron obra de esas primeras semillas nuestras, la liberación al colonialismo, la lucha contra el imperialismo, la necesidad de exigir derechos, la voluntad de buscar justicia social, parten de las ideas originadas en Perón. Yo lo viví personalmente caminando pueblo por pueblo en los polvorientos caminos de una Latinoamérica empobrecida, en donde encontraba envejecidos equipos de futbol y viejas pelotas de cuero que decían en algún lugar: Fundación Eva Perón. Me encontré con millares de libros sobre la organización del sindicalismo y folletos en poblaciones increíbles y en abandonadas bibliotecas, vi con mis propios ojos a gente pobre guardando en un rincón de sus chozas una foto de Evita colgada en la pared. Escuché a estudiantes en Colombia, en Ecuador, en Perú, en Centro América, en México interesados de conocer y de hablar del Justicialismo de Perón, pero sobre todo no entendían lo que había sucedido en Argentina, de acuerdo a las noticias que allí recibían, ya que las noticias abominaban de la figura de Perón. Hubo que explicar y explicar hasta el cansancio, la verdadera razón de su caída y la ingerencia directa del imperio en el golpe militar de la tristemente llamada Revolución Libertadora. Pero aquellas “banderas” que Perón había desplegado entre 1945 y 1955 no son otras, que las que recogen esas juventudes en todos esos países, son las que enarbola Arévalo y Arbenz en Guatemala, las de Alvarado en el Perú, las de Gaitán en Colombia, las del MIR en Bolivia, las de Jao Goular en Brasil, las mismas que empuñan los militares de Venezuela, Velasco Ibarra en Ecuador y Fidel y el Che para liberar a Cuba. Las mismas, que las envuelven con sus propias improntas y sus propios discursos, personalizando a cada una de sus gestas, pero en el fondo con el mismo contenido: Distribución de la riqueza, justicia social, trabajo digno, educación para sus pueblos, salud, dignificación de la mujer, independencia del imperialismo y sobre todo, soberanía política. Irónicamente, un Perón trashumante, desplazado del eje ideológico no podía influir en los contenidos políticos e insurreccionales que se estaban dando a su alrededor, sin embargo, sus ideas y sus principio, curiosamente, hacían salta en pedazos el “orden establecido” en América Latina. La década de los años 60 nos encuentra en plena convulsión y eso no es una casualidad, todos los movimientos tienen la misma impronta, esa que si la analizamos en profundidad, la había ya marcado Perón 15 años antes. Esto hay que decirlo, pero también hay que explicarlo, bueno, Chávez es un exponente tardío de esa Revolucionaria postura ideológica liberadora y es, posiblemente, el que más lejos a llegado en su realización. Lo único malo de todo esto, es que le han faltado los 10 años futuros para que se consolidara su modelo. Pero la idea fundacional de todo estos hechos es solo de Perón… !Así que no jodan con inventar otra historia!

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